¿Es la obesidad infantil una emergencia de salud pública nacional?
Quienes creen que la obesidad infantil es una emergencia de salud pública nacional señalan el hecho de que el número de niños obesos en Estados Unidos se ha más que duplicado en los últimos 30 años. En 2018, el 19% de los niños de entre 2 y 19 años se consideraban obesos. Esto significa que casi 1 de cada 5 niños en los Estados Unidos es obeso.
La obesidad infantil es un factor de riesgo importante para una serie de problemas de salud, que incluyen:
- Diabetes tipo 2
- Enfermedad cardíaca
- Apoplejía
- Cáncer
- Apnea del sueño
- Depresión
Además de los riesgos para la salud física, la obesidad infantil también puede tener un impacto negativo en la salud mental y el desarrollo social de los niños. Los niños obesos tienen más probabilidades de sufrir acoso, tener baja autoestima y experimentar aislamiento social.
Los costos económicos de la obesidad infantil también son significativos. Los niños obesos tienen más probabilidades de desarrollar problemas de salud crónicos que requieren atención médica costosa. También es más probable que falten a la escuela y al trabajo, lo que puede provocar una pérdida de productividad.
Quienes creen que la obesidad infantil no es una emergencia de salud pública nacional argumentan que los datos sobre la obesidad infantil no son precisos y que los riesgos de la obesidad infantil están exagerados. También argumentan que el gobierno no debería involucrarse en dictar lo que la gente come o cómo vive.
En última instancia, la decisión de si la obesidad infantil es o no una emergencia de salud pública nacional es compleja. No hay una respuesta fácil. Sin embargo, dada la evidencia de que la obesidad infantil es un problema grave con importantes consecuencias económicas y de salud, está claro que es necesario hacer más para abordar esta cuestión.