¿Qué le pasa a tu pierna si no la usas durante mucho tiempo?

Cuando una pierna no se utiliza durante mucho tiempo, puede provocar varios cambios y posibles complicaciones. Esta condición a menudo se conoce como atrofia por desuso o atrofia por inmovilización. Esto es lo que le puede pasar a su pierna:

Atrofia muscular: La inactividad conduce a un menor uso de los músculos y una menor demanda de energía, lo que hace que los músculos de la pierna se debiliten y pierdan masa. Este proceso, llamado atrofia muscular, puede comenzar a los pocos días de inactividad y puede ser significativo después de varias semanas o meses.

Densidad ósea reducida: Las actividades con pesas estimulan la formación ósea y mantienen la densidad ósea. Sin ejercicio regular con pesas, los huesos de la pierna, especialmente el fémur (hueso del muslo) y la tibia (hueso de la espinilla), pueden experimentar una reducción de la densidad mineral ósea. Este proceso se conoce como osteoporosis, lo que aumenta el riesgo de fracturas y lesiones.

Rigidez de las articulaciones: La falta de movimiento prolongada puede provocar rigidez en las articulaciones de la pierna, como la cadera, la rodilla y el tobillo. Los tejidos que rodean las articulaciones, incluidos músculos, tendones y ligamentos, pueden volverse más cortos y menos elásticos, lo que limita el rango de movimiento de la articulación. Esta rigidez puede hacer que incluso los movimientos más simples sean desafiantes.

Problemas de circulación: La inactividad puede afectar la circulación en la pierna. Los músculos de la pantorrilla desempeñan un papel esencial en el bombeo de sangre de regreso al corazón. Sin un uso regular, es posible que los músculos de la pantorrilla no funcionen con tanta eficacia, lo que provoca un flujo sanguíneo deficiente y posibles problemas como coágulos sanguíneos o trombosis venosa profunda (TVP).

Pérdida de equilibrio y coordinación: La reducción de la fuerza muscular y la propiocepción (el sentido de la posición del cuerpo) pueden afectar el equilibrio y la coordinación. Esto aumenta el riesgo de caídas y lesiones, especialmente para los adultos mayores o aquellos con afecciones médicas subyacentes.

Cambios en la piel: El desuso prolongado puede provocar cambios en la piel de la pierna. La piel puede volverse más delgada, más seca y más susceptible a las úlceras por presión o escaras.

Es fundamental consultar con un profesional de la salud si prevé estar inmóvil durante un período prolongado, como después de una lesión o una cirugía. Pueden recomendar ejercicios adecuados, fisioterapia u otras intervenciones para minimizar los efectos negativos del desuso y ayudarlo a recuperar la función de la pierna de manera segura.