En 1900, la gente dormía generalmente durante períodos mucho más largos que los seres humanos actuales. A menudo se documentó que las personas tenían un "primer sueño" y un "segundo sueño", despertándose y luego volviendo a quedarse dormidos en un solo bloque de tiempo de ocho horas. Se estimó que la cantidad media de sueño era de unas 9 horas cada noche. A medida que la gente pasó de situaciones de vida preindustriales, rurales y anteriores a la electricidad, a rutinas más urbanas y electrificadas, su sueño comenzó a verse perturbado de muchas maneras, lo que ha afectado la cantidad promedio de sueño de las personas desde 1900.