¿Qué son los cálculos?

Los cálculos son depósitos endurecidos que pueden formarse en varias partes del cuerpo, más comúnmente en el tracto urinario o en el tracto biliar. Están compuestos por diferentes sustancias, como calcio, oxalato o colesterol, que pueden cristalizar y agregarse entre sí.

1. Cálculos urinarios (cálculos renales):

- Los cálculos urinarios, también conocidos como cálculos renales, se forman en los riñones o en el tracto urinario. Pueden estar compuestos de diversas sustancias, entre ellas oxalato cálcico, fosfato cálcico o ácido úrico. Los cálculos renales pueden causar un dolor intenso a su paso por el tracto urinario.

2. Cálculos biliares (cálculos biliares):

- Los cálculos biliares, comúnmente llamados cálculos biliares, se forman en la vesícula biliar o en los conductos biliares. Están compuestos principalmente de colesterol, bilirrubina o una combinación de ambos. Los cálculos biliares pueden causar dolor abdominal, náuseas y vómitos, especialmente cuando bloquean el flujo de bilis.

3. Cálculos pancreáticos:

- Los cálculos pancreáticos son raros y se forman en el páncreas. Están compuestos por carbonato cálcico, fosfato cálcico o tapones proteicos. Los cálculos pancreáticos pueden provocar inflamación, dolor y alteración de la función pancreática.

4. Cálculos salivales (sialolitos):

- Los cálculos salivales se forman en las glándulas o conductos salivales. Están compuestos principalmente de fosfato de calcio o carbonato de calcio. Los sialolitos pueden causar hinchazón, dolor y dificultad para tragar.

5. Cálculos amigdalares (tonsilolitos):

- Los cálculos amigdalares, también conocidos como cálculos amigdalares, son pequeños depósitos endurecidos que se forman en las criptas de las amígdalas. Están compuestos de bacterias, restos de comida y material celular. Los amigdalolitos pueden causar mal aliento, dolor de garganta o sensación de algo atascado en la garganta.

La formación de cálculos puede verse influenciada por varios factores, incluida la dieta, la ingesta de líquidos, la genética y ciertas afecciones médicas. Algunas personas son más propensas a desarrollar cálculos que otras. Las opciones de tratamiento para los cálculos dependen de su ubicación, tamaño y composición, y pueden variar desde modificaciones dietéticas y medicación hasta intervención quirúrgica.