En la mayoría de los casos, cierta pérdida de peso en el primer trimestre del embarazo es normal y no es motivo de preocupación. Las náuseas, los vómitos y la aversión a la comida son síntomas comunes al principio del embarazo que pueden provocar una disminución del apetito y una pérdida de peso involuntaria. Siempre que consumas suficientes líquidos y recibas una nutrición adecuada de los alimentos que puedas tolerar, la pérdida de peso en el primer trimestre suele ser temporal y no debería tener consecuencias negativas para la salud de tu embarazo. Sin embargo, si experimenta una pérdida de peso significativa o persistente, o si tiene alguna otra inquietud sobre su embarazo, siempre es mejor consultar con su proveedor de atención médica. Ellos pueden evaluar su situación individual, asegurarse de que esté recibiendo los nutrientes necesarios y guiarla sobre cualquier ajuste que pueda ser necesario para respaldar un embarazo saludable.