Si bien no es raro que los niños de cinco años lloren ocasionalmente, no se consideraría normal que lloraran a diario. Es importante prestar atención a las razones detrás de los ataques de llanto, ya que podrían indicar factores emocionales, físicos o ambientales que deben abordarse. Si su hijo de cinco años llora excesivamente y no hay motivos aparentes para ello, se recomienda consultar con un proveedor de atención médica o un psicólogo infantil para evaluar y determinar si hay un problema subyacente que necesita atención.