¿Cómo afrontas los problemas?
Definir el objetivo. ¿Qué espera lograr resolviendo este problema? ¿Cuál es el resultado deseado?
Lluvia de ideas sobre soluciones. Piensa en tantas soluciones posibles al problema como puedas. No te preocupes por si son factibles o no en este momento, simplemente deja volar tu imaginación.
Evaluar las soluciones. Revise cada una de las soluciones que se le han ocurrido y evalúe sus pros y sus contras. ¿Cuáles parecen tener más probabilidades de lograr el resultado deseado? ¿Cuáles son prácticos y factibles dados sus recursos y limitaciones?
Elija una solución. Según su evaluación, seleccione la solución que crea que tiene más probabilidades de tener éxito.
Haz un plan. Una vez que haya elegido una solución, desarrolle un plan sobre cómo implementarla. ¿Qué pasos necesitas tomar? ¿Qué recursos necesitas? ¿Cuál es el cronograma?
Actúa. Empiece a poner su plan en acción. Sea proactivo y no espere a que el problema empeore.
Supervisar el progreso. Realice un seguimiento de su progreso y realice los ajustes necesarios. ¿Está funcionando la solución? ¿Está en camino de lograr el resultado deseado?
Celebre su éxito. Una vez que haya resuelto el problema con éxito, tómese un tiempo para celebrar su logro. Esto le ayudará a mantenerse motivado y a seguir resolviendo problemas de forma eficaz en el futuro.
A continuación se ofrecen algunos consejos adicionales para afrontar los problemas:
- No pospongas las cosas. Cuanto antes empieces a trabajar en un problema, antes podrás resolverlo.
- Esté abierto a recibir comentarios. A veces, las mejores soluciones provienen de otras personas. Pida ayuda y consejo a amigos, familiares, colegas o profesionales que tengan experiencia con problemas similares.
- No te rindas. Resolver problemas puede ser un desafío, pero es importante mantener una actitud positiva y persistente. No te rindas si no lo consigues la primera vez. Sigue intentándolo y eventualmente encontrarás una solución.