¿Por qué no debería considerarse el retraso mental como una enfermedad?

El retraso mental no se considera una enfermedad porque no es causado por una condición médica o enfermedad específica. Más bien, es un conjunto de limitaciones que afectan el funcionamiento intelectual de una persona y su capacidad para adaptarse a las exigencias de la vida cotidiana. Estas limitaciones pueden deberse a una variedad de factores, incluidos la genética, los factores ambientales y los defectos de nacimiento.

Las personas con retraso mental pueden tener dificultades para aprender, comprender el lenguaje, resolver problemas y tomar decisiones. También pueden tener problemas con las interacciones sociales, el manejo de sus emociones y el cuidado de sí mismos. Sin embargo, estas limitaciones no significan necesariamente que una persona con retraso mental no pueda vivir una vida plena y productiva. Con el apoyo adecuado, las personas con retraso mental pueden aprender y crecer, y pueden participar en todos los aspectos de la vida comunitaria.

Es importante recordar que el retraso mental es un trastorno de espectro, lo que significa que afecta a las personas de diferentes maneras. Algunas personas con retraso mental pueden tener limitaciones leves, mientras que otras pueden tener limitaciones más graves. No existe un enfoque único para apoyar a las personas con retraso mental, y el mejor enfoque variará según las necesidades de cada individuo.