Las pruebas físicas previas al empleo generalmente no detectan enfermedades de transmisión sexual (ETS). Estas pruebas generalmente se centran en la salud y el estado físico general en relación con los requisitos del trabajo específico que se solicita. Si un empleador requiere pruebas de ETS como condición de empleo, debe informar al solicitante con anticipación y obtener el consentimiento explícito antes de continuar. Las pruebas de ETS con fines laborales plantean consideraciones delicadas de privacidad y antidiscriminación, por lo que no es una práctica común en la mayoría de las industrias.