Encefalopatía hepática Dieta baja en proteínas

La encefalopatía hepática ocurre cuando su hígado no puede eliminar toxinas como el amoníaco y el manganeso. Esto hace que las toxinas se acumulen en la sangre y entren en el cerebro. La dieta juega un papel importante en el tratamiento de la encefalopatía hepática porque una dieta baja en proteínas puede ayudar a reducir los niveles de amoníaco en la sangre.

Causas

La encefalopatía hepática es causada por trastornos que afectan la función hepática, como la cirrosis hepática y hepatitis. Además, la encefalopatía hepática también se puede desencadenar por anomalías electrolíticas, deshidratación, infecciones, problemas renales y niveles bajos de oxígeno. Existen algunas afecciones médicas que pueden enmascarar o simular los síntomas de la encefalopatía hepática, como el alcoholismo, la meningitis y una sobredosis de sedantes.

Síntomas y diagnóstico

Los síntomas de la encefalopatía hepática pueden incluir confusión, concentración deficiente, desorientación, agitación y dificultad para respirar habla. Los síntomas pueden aparecer repentinamente o pueden comenzar lentamente y empeorar con el tiempo. Deben realizarse pruebas de diagnóstico para diagnosticar la encefalopatía hepática y pueden incluir un hemograma completo, una tomografía computarizada del cerebro y controlar los niveles de amoníaco en la sangre.

Proteína

Es posible que la proteína en la dieta deba limitarse Para bajar los niveles de amoniaco. El amoníaco se produce cuando la proteína es digerida, que en circunstancias normales puede ser eliminada de la sangre por el hígado. Es posible que las proteínas animales deban limitarse a 40 gramos por día, con proteínas vegetales ilimitadas. Las fuentes de proteína animal incluyen pollo, pavo, carne roja, pescado, productos lácteos y huevos. Las principales fuentes de proteínas vegetales incluyen frijoles, lentejas, legumbres y tofu.

Otras consideraciones

Existe cierta preocupación sobre la restricción severa de proteínas en pacientes con encefalopatía hepática. Si la ingesta de proteínas es demasiado baja, puede producirse una pérdida de masa muscular. Trabajar con un médico y un dietista registrado puede ayudar a garantizar que la ingesta de proteínas sea adecuada según las necesidades individuales. La encefalopatía hepática aguda puede tratarse; sin embargo, las posibles complicaciones pueden incluir inflamación del cerebro, daño permanente al sistema nervioso y coma.

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