Las vitaminas del complejo B y el sistema digestivo
Las vitaminas del complejo B incluyen ocho compuestos que desempeñan un papel importante en el metabolismo celular y la digestión. Dentro del sistema digestivo, la mayoría de las vitaminas B son esenciales para producir ácidos estomacales y mantener el tono muscular, especialmente las válvulas entre los diferentes segmentos, como la válvula ileocecal. Las deficiencias de vitamina B reducen la movilidad intestinal, las secreciones gástricas, el apetito y la digestión alterada. Las vitaminas B a menudo coexisten dentro de los mismos alimentos, como carnes de órganos, pescado, germen de trigo, legumbres y vegetales de hojas verdes.
Tiamina
La tiamina o vitamina B-1 contribuye a la producción de la energía por metabolización de carbohidratos, grasas y proteínas. Además, contribuye a la producción de ácido clorhídrico en el estómago, mantiene el tono muscular en los intestinos y aumenta el apetito normal, según "Vitaminas: Aspectos fundamentales en la nutrición y la salud". Las cantidades diarias recomendadas de tiamina varían de 0.2 mcg para bebés menores de De 6 meses a 2.8 mcg para mujeres lactantes. La deficiencia conduce a beriberi, que es un trastorno del sistema nervioso, pérdida de apetito, pérdida de peso severa, estreñimiento y trastornos gastrointestinales, entre otros síntomas. Riboflavina
La riboflavina, o vitamina B-2, contribuye a la Producción de energía por metabolización de carbohidratos, grasas, proteínas y cuerpos cetónicos. También mejora las membranas mucosas del tracto digestivo. Las cantidades diarias recomendadas de riboflavina oscilan entre 0,3 mg para bebés menores de 6 meses y 1,6 mg para mujeres en período de lactancia, según "Nutrición avanzada: macronutrientes, micronutrientes y metabolismo". La deficiencia conduce a la ariboflavinosis, que causa grietas y llagas en las esquinas La inflamación de la boca y la lengua y la mala digestión, entre otros síntomas.
Niacina
La niacina, o vitamina B-3, se requiere para la reparación del ADN, la producción de hormonas esteroides, el metabolismo de los alimentos, el jugo gástrico la producción y la secreción de bilis, que se necesita para digerir la grasa, como se cita en “Bioquímica de la nutrición humana”. Las cantidades diarias recomendadas de niacina varían de 2 mg en bebés de menos de seis meses a 17 mg para mujeres en período de lactancia. La deficiencia conduce a la pelagra, que incluye indigestión, diarrea y pérdida de apetito, entre otros síntomas.
Ácido pantoténico
El ácido pantoténico, o vitamina B-5, es necesario para sintetizar la coenzima A y metabolizar proteínas, carbohidratos y las grasas. También es necesario para el funcionamiento y peristalsis del tracto gastrointestinal. Las cantidades diarias recomendadas de ácido pantoténico varían de 1.7 mg en bebés menores de 6 meses a 7 mg para mujeres lactantes. La deficiencia, aunque rara, puede provocar entumecimiento en las extremidades y digestión lenta.
Cobalamina
La cobalamina, vitamina B-12, es necesaria para construir ADN, tejido nervioso y glóbulos rojos. Específicamente, las cobalaminas son esenciales en la producción de mielina, la vaina protectora que rodea los nervios que permite la transmisión eléctrica de los mensajes del cerebro. Las cantidades diarias recomendadas de cobalamina oscilan entre 0,4 mcg en bebés menores de 6 meses y 2,8 mcg para mujeres lactantes. La deficiencia da como resultado anemia sanguínea, funciones cerebrales reducidas y neuropatía, que incluye transmisiones nerviosas reducidas al sistema gastrointestinal, lo que lleva al estreñimiento y la digestión comprometida, como se cita en "Nutrición y atención relacionada con el diagnóstico". Para que la vitamina B-12 se absorba En los intestinos, se necesita una proteína gástrica conocida como factor intrínseco.