Cómo reducir su ingesta de proteínas
Los médicos aconsejan a algunas personas que reduzcan su ingesta de proteínas en la dieta debido a una enfermedad renal, una función hepática deficiente o niveles altos de colesterol. El hígado descompone la proteína; cuando no funciona correctamente, la proteína se acumula hasta niveles tóxicos que afectan la función cerebral. Los riñones filtran las impurezas de la sangre y regulan los niveles de sodio y potasio. Algunos médicos recomiendan que los pacientes con daño renal reduzcan su ingesta de proteínas para reducir el estrés en los riñones. Muchos alimentos ricos en proteínas, como carnes, huevos y productos lácteos, tienen un alto contenido de colesterol.
Calcule su cantidad máxima diaria de proteínas. La proteína debe representar entre el 10 y el 35 por ciento de sus calorías diarias en una dieta normal. Si está siguiendo una dieta limitada en proteínas, es posible que su ingesta deba ser tan baja como 1 g por cada kilogramo de peso corporal.
Evalúe el contenido de proteínas de sus selecciones de alimentos. Realice un seguimiento cuidadoso de los gramos totales de proteínas en cada comida, pesando las selecciones de carne y revisando las etiquetas de los alimentos para ver el contenido total de proteínas de la leche, el queso, el yogur y otros productos lácteos. Divide tus selecciones de proteínas entre dos comidas al día. Elija proteínas que sean más bajas en grasas saturadas y colesterol: legumbres, nueces y carnes magras como el pavo y el pollo.
Planifique las comidas con anticipación. Organizar comidas y comprar ingredientes con anticipación le permite limitar su ingesta diaria de proteínas. Evite los excesos que pueden ocurrir si prepara comidas de última hora o come fuera de casa sin planear hacerlo. Si come en un restaurante o elige alimentos preparados, opte por platos sin carne como ensaladas o pastas que generalmente son bajas en proteínas.
Elija recetas ricas en productos y carbohidratos complejos. Reemplace los alimentos ricos en proteínas con carbohidratos complejos, como la pasta integral, el arroz integral y los cereales integrales. Prepare comidas con una variedad de frutas y verduras frescas como verduras de hojas verdes, brócoli, espárragos, frutas cítricas, manzanas y bayas, todas bajas en proteínas y ricas en fibra dietética y nutrientes esenciales.
Preparar pequeñas porciones de carnes magras. Una dieta baja en proteínas no requiere que dejes de consumir carne. Prepare las entradas con carnes magras como pollo, pavo y pescado. De acuerdo con el Centro Médico de la Universidad Estatal de Ohio, un 3 oz. La porción de carne contiene aproximadamente 21 g de proteína. Elegir pequeñas porciones de estas carnes magras ayuda a garantizar que se mantenga dentro del rango diario de ingesta de proteínas.