Cómo manejar a los niños violentos y agresivos en la escuela

Algunos niños exhiben comportamiento agresivo o violento en la escuela. Ya sea que la agresión constituya un incidente aislado o represente un problema continuo, los educadores deben contar con estrategias para intervenir y garantizar que todos los niños se sientan seguros en el aula. Ninguna técnica individual aborda todos los tipos de comportamiento agresivo, pero ciertas acciones ayudan a prevenir o reducir la violencia escolar.

Cree un entorno escolar seguro y protegido. Establecer un ejemplo positivo al no amenazar a los niños. HandinHandParenting.org recomienda responder a los problemas de manera calmada y uniforme, en lugar de enredarse emocionalmente en una lucha de poder.

Construir comunidad. Haga actividades para romper el hielo o en grupo con los estudiantes, como hacer rodar una pelota y anunciar un color favorito o mostrar un pulgar hacia arriba o hacia abajo en respuesta a un problema. Pase tiempo cada lunes discutiendo brevemente las actividades del fin de semana.

Abordar los problemas relacionados con los conflictos y las emociones. Enseñe a los niños el vocabulario de diferentes emociones y practique situaciones de juego de roles que ilustran estas emociones. Desafíe a los alumnos a intercambiar ideas sobre cómo resolver los desafíos en el aula, en el patio de recreo y más allá de la escuela.

Sea proactivo para mantener a los estudiantes ocupados y motivados. Sandra Matke, autora del artículo "Manejo de estudiantes con necesidades especiales violentas", afirma que la integración de actividades relajantes puede detener la violencia escolar en la fuente. Toca música clásica mientras los alumnos trabajan. Enseñar técnicas de respiración profunda y yoga para la relajación. Siga una rutina para que los niños se sientan seguros y sepan lo que sucede en el aula todos los días.

Familiarícese con las técnicas de intervención legal adecuadas. Cuando se trata de mantenerse a salvo y de los estudiantes, a veces debe intervenir para detener la violencia física. En muchos casos, separar físicamente a los niños es una necesidad inmediata. Discuta con los padres y administradores de los niños las estrategias necesarias para emplear en caso de una emergencia.

Aísle a los estudiantes violentos cuando tengan un brote. Siempre que sea posible, retire al estudiante agresivo o violento del resto de la clase. Sin la atención de los demás, es más probable que el estudiante se calme.

Involucre a otros adultos en la vida del estudiante. Si los padres, tutores o abuelos tienen una relación cercana con el niño, entonces su presencia puede hacer una diferencia. Pídales que se registren en el aula o que los llamen para que puedan hablar con el niño. Además, los consejeros escolares y los administradores pueden intervenir.

Localizar redes de apoyo externas. Las organizaciones comunitarias o las agencias de servicios sociales pueden tener trabajadores de casos que pueden ayudarlo en su aula.

Sugerencia

Brinde un refuerzo positivo inmediato y específico cuando sus estudiantes agresivos muestran empatía por los demás.

Advertencias

No clasifique a los estudiantes como violentos. En su lugar, enfóquese en el comportamiento agresivo y en cómo cambiarlo.