El plasma rico en plaquetas (PRP), comúnmente denominado "sangre de plaquetas", no se parece a la sangre típica. Tiene una apariencia notablemente más espesa y viscosa en comparación con la sangre entera líquida. El color puede variar desde un amarillo pálido hasta un amarillo ligeramente anaranjado, dependiendo de la concentración de plaquetas. El PRP consiste en una alta concentración de plaquetas suspendidas en un pequeño volumen de plasma, que es la parte líquida de la sangre que queda después de eliminar los glóbulos rojos y los glóbulos blancos. Debido a la alta concentración de plaquetas, el PRP tiene una consistencia similar a un gel que es más espesa que la sangre normal.