Una fractura de espinilla, también conocida como fractura de tibia, puede variar desde un dolor leve hasta un dolor intenso según la gravedad y la ubicación de la fractura. Las fracturas leves, como las fracturas por estrés, pueden causar un dolor sordo y doloroso que empeora con la actividad y mejora con el reposo. Las fracturas más graves, como las roturas completas, pueden provocar un dolor intenso y agudo que dificulta o imposibilita caminar. En casos severos, el dolor puede ir acompañado de hinchazón, hematomas y deformidad de la espinilla.