¿Cómo responden los huesos al desuso, como el reposo constante en cama?

Cuando un hueso está sujeto a desuso, como durante el reposo constante en cama, sufre varios cambios en su estructura y composición, lo que se conoce como osteoporosis por desuso. Así es como responden los huesos al desuso:

Pérdida ósea:

- Esfuerzo mecánico reducido :La falta de actividades con carga de peso y carga gravitacional durante el reposo en cama reduce significativamente la tensión mecánica sobre los huesos. Esta disminución del estrés conduce a una reducción de la formación ósea y a un aumento de la resorción ósea, lo que resulta en pérdida ósea.

- Desequilibrio en el recambio óseo :El desuso altera el delicado equilibrio entre la formación ósea (osteogénesis) y la resorción ósea (osteoclasis). La actividad osteoblástica disminuye, mientras que la actividad osteoclástica permanece sin cambios o incluso aumenta, lo que provoca un equilibrio óseo negativo y una mayor pérdida ósea.

- Alteraciones en la Estructura Ósea: El desuso prolongado provoca un adelgazamiento del hueso cortical (la capa externa del hueso) y una reducción del hueso trabecular (el hueso esponjoso dentro de la corteza). El hueso se vuelve más débil y más susceptible a fracturas.

Adaptación ósea:

- Adaptación a Carga Reducida: Con el tiempo, los huesos se adaptan a las condiciones de carga reducida. Remodelan y redistribuyen su masa y fuerza para adaptarse a las nuevas demandas mecánicas. Sin embargo, esta adaptación no es tan eficiente como la remodelación constante que se produce con las actividades normales de soporte de peso.

- Calidad ósea comprometida: El hueso recién formado durante el desuso tiene una mineralización reducida y propiedades materiales deterioradas. Es más débil y menos denso en comparación con el hueso formado en condiciones de carga normales.

Otros efectos:

- Atrofia muscular: El desuso también conduce a la atrofia muscular, lo que contribuye aún más a la pérdida ósea, ya que los músculos y los huesos están estrechamente conectados y son interdependientes. La debilidad muscular puede reducir el estímulo mecánico sobre los huesos y aumentar el riesgo de caídas y fracturas.

- Pérdida de calcio: La reducción de las actividades con soporte de peso disminuye la absorción de calcio y aumenta la excreción de calcio, lo que resulta en un equilibrio negativo de calcio y pérdida de calcio de los huesos.

- Función alterada de la médula ósea: El desuso afecta la función de la médula ósea, incluida la hematopoyesis (producción de células sanguíneas) y la actividad de las células inmunitarias. El reposo prolongado en cama puede alterar la producción y maduración de las células sanguíneas, provocando anemia y otros trastornos hematológicos.

Para mitigar los efectos adversos del desuso sobre los huesos, es importante realizar actividad física regular y ejercicios con pesas, mantener una nutrición adecuada y recibir atención médica adecuada durante los períodos de reposo prolongado en cama o inmovilización.