¿Qué hace que los músculos se acorten y los huesos se muevan?

Los músculos se acortan y los huesos se mueven debido al proceso de contracción muscular. Cuando un músculo se contrae, genera una fuerza que tira de los tendones, que luego se unen a los huesos. Esta fuerza hace que los huesos se muevan, lo que da como resultado el movimiento de las articulaciones. La contracción y relajación de los músculos están controladas por el sistema nervioso, que envía señales a los músculos, indicándoles cuándo contraerse y relajarse.

El proceso de contracción muscular implica la interacción de varias proteínas dentro de las fibras musculares. Cuando un impulso nervioso llega al músculo, provoca la liberación de iones de calcio del retículo sarcoplásmico, el lugar de almacenamiento interno de calcio del músculo. Estos iones de calcio se unen a proteínas específicas llamadas troponina y tropomiosina, que controlan el acceso a los sitios de unión de miosina en los filamentos de actina.

La unión de los iones calcio a la troponina y la tropomiosina desencadena un cambio conformacional en el filamento de actina, exponiendo los sitios de unión de la miosina. Las cabezas de miosina, que forman parte de la proteína miosina, se unen luego a estos sitios expuestos en los filamentos de actina, formando puentes cruzados. Estos puentes cruzados generan fuerza a través de un mecanismo conocido como golpe de potencia, que implica la inclinación de la cabeza de miosina y la tracción del filamento de actina hacia el centro del sarcómero, la unidad básica de contracción muscular.

La formación y rotura repetidas de estos puentes cruzados, junto con el deslizamiento de los filamentos de actina y miosina entre sí, dan como resultado el acortamiento de las fibras musculares, generando fuerza que finalmente conduce al movimiento óseo. La relajación del músculo se produce cuando el impulso nervioso se detiene, lo que provoca una disminución de la concentración de iones calcio, lo que provoca el desprendimiento de las cabezas de miosina de los filamentos de actina, permitiendo que el músculo vuelva a su longitud de reposo.

En resumen, la contracción muscular implica la interacción de iones calcio, troponina, tropomiosina, actina y proteínas miosina, lo que lleva a la formación de puentes cruzados y al deslizamiento de los filamentos entre sí. Este proceso genera una fuerza que acorta las fibras musculares y hace que los huesos se muevan, permitiendo varios tipos de movimientos corporales.