¿Puede la falta de flujo sanguíneo al cerebro provocar actividad convulsiva?
Una causa común de isquemia es el accidente cerebrovascular, que ocurre cuando un vaso sanguíneo en el cerebro se bloquea o estalla, cortando el suministro de sangre al cerebro. Los accidentes cerebrovasculares isquémicos pueden causar convulsiones hasta en un 10% de los pacientes y el riesgo es mayor en las primeras 24 horas después del accidente cerebrovascular. Otra causa de isquemia puede ser una arritmia cardíaca, como la fibrilación auricular, que puede provocar la formación de coágulos de sangre que pueden viajar al cerebro y bloquear el flujo sanguíneo.
Cuando se produce isquemia, las células del cerebro se ven privadas de oxígeno y glucosa, que son esenciales para su funcionamiento normal. Esto puede provocar una variedad de síntomas neurológicos, que incluyen convulsiones, confusión, debilidad y parálisis. La gravedad de los síntomas dependerá de la localización y duración de la isquemia.
Las convulsiones isquémicas suelen tratarse con medicamentos anticonvulsivos. El objetivo del tratamiento es prevenir más convulsiones y proteger el cerebro de daños mayores. En algunos casos, puede ser necesaria una cirugía para corregir la causa subyacente de la isquemia, como eliminar un coágulo de sangre o reparar un vaso sanguíneo dañado.