La cantidad de fuerza necesaria para romper un hueso depende de varios factores, incluida la resistencia del hueso, el punto de impacto y el ángulo del golpe. Generalmente, se necesita más fuerza para romper un hueso más grande o más denso que uno más pequeño o menos denso. La fuerza requerida también aumenta si el impacto es indirecto o si el hueso se golpea en un ángulo vulnerable. Por ejemplo, es más probable que un golpe directo en la tibia (tibia) con un objeto pesado cause una fractura que un golpe indirecto en el brazo. Además, los huesos pueden verse debilitados por ciertas afecciones médicas, como la osteoporosis, que pueden aumentar el riesgo de fractura incluso con impactos de fuerza relativamente baja.