¿Cómo se relaciona la fatiga con la infección?
- La respuesta inmune del cuerpo: Cuando el cuerpo combate una infección, produce citoquinas, que son proteínas que ayudan a coordinar la respuesta inmune. Las citoquinas pueden causar fatiga, así como otros síntomas como fiebre, dolores musculares y de cabeza.
- Daño tisular: Las infecciones pueden dañar tejidos y órganos, lo que puede provocar fatiga. Por ejemplo, el virus de la gripe puede dañar el tracto respiratorio, lo que puede provocar tos y dificultad para respirar, los cuales pueden contribuir a la fatiga.
- Desnutrición: Las infecciones también pueden provocar desnutrición, lo que puede provocar fatiga. Esto se debe a que el cuerpo necesita nutrientes para producir energía y las infecciones pueden interferir con la capacidad del cuerpo para absorber y utilizar nutrientes.
- Alteraciones del sueño: Las infecciones también pueden provocar alteraciones del sueño, lo que puede provocar fatiga. Por ejemplo, el virus de la gripe puede provocar fiebre y escalofríos, lo que puede dificultar el sueño.
La fatiga puede ser un síntoma debilitante de una infección y puede dificultar la realización de las actividades cotidianas. En la mayoría de los casos, la fatiga mejorará a medida que se trate la infección. Sin embargo, para algunas personas, la fatiga puede persistir durante semanas o incluso meses después de que la infección haya desaparecido. Esta condición se conoce como síndrome de fatiga posviral.