El permafrost es suelo que permanece a 0 grados Celsius (32 grados Fahrenheit) o menos durante al menos dos años consecutivos. Las temperaturas del permafrost pueden variar mucho según la ubicación y la profundidad. En general, las temperaturas del permafrost son más frías en la superficie y aumentan gradualmente con la profundidad. En el Ártico, las temperaturas del permafrost pueden alcanzar tan solo -15 grados Celsius (5 grados Fahrenheit) en la superficie, mientras que en la Antártida, las temperaturas del permafrost pueden alcanzar tan solo -50 grados Celsius (-58 grados Fahrenheit) en la superficie.