Los atracones son un síntoma común del trastorno por atracón (BED), pero también puede ocurrir en otros trastornos alimentarios, como la bulimia nerviosa y la anorexia nerviosa. Hay una serie de factores que pueden desencadenar los atracones, entre ellos:
Desencadenantes emocionales: Las emociones negativas, como el estrés, la ansiedad, la depresión, la ira y el aburrimiento, pueden desencadenar atracones. Cuando las personas se sienten abrumadas o estresadas, pueden utilizar la comida como una forma de afrontar la situación o consolarse.
Desencadenantes ambientales: Ciertos entornos o situaciones pueden desencadenar atracones, como estar cerca de comida, ver publicidad de comida o sentir hambre. Las personas que están a dieta o restringen su ingesta de alimentos pueden tener más probabilidades de darse atracones cuando están cerca de comida o tienen hambre.
Desencadenantes físicos: Algunas personas pueden experimentar episodios de atracones en respuesta a desencadenantes físicos, como hambre, fatiga o hipoglucemia (nivel bajo de azúcar en sangre).
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Factores genéticos: Existe cierta evidencia que sugiere que los trastornos por atracón pueden estar influenciados por la genética, pero se necesita más investigación para confirmar este vínculo.
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Es importante señalar que los atracones no son un signo de debilidad o falta de fuerza de voluntad. Es un trastorno alimentario grave que requiere tratamiento profesional. Si tiene problemas con los atracones, hable con su médico o profesional de salud mental para obtener ayuda.