¿Por qué una persona prueba la comida si tiene gripe?
1. Inflamación y congestión nasal: El virus de la gripe puede causar inflamación en los conductos nasales y los senos nasales, lo que provoca congestión y secreción nasal. Esto puede afectar el flujo de aire hacia los receptores olfativos, que son responsables de nuestro sentido del olfato. Además, la inflamación puede reducir la producción y liberación de moléculas de olor de los alimentos, lo que nos dificulta detectar e identificar sabores.
2. Daño directo a las células olfativas: En algunos casos, el virus de la gripe puede infectar y dañar directamente las células olfativas de la cavidad nasal. Este daño puede alterar el funcionamiento normal de estas células, provocando una pérdida del olfato y, en consecuencia, una disminución del sentido del gusto.
3. Percepción del gusto alterada: Aunque el sentido del olfato no se ve directamente afectado, la gripe también puede alterar la percepción del gusto. El virus de la gripe puede provocar cambios en la forma en que funcionan las papilas gustativas, haciendo que ciertos alimentos tengan un sabor suave o diferente al habitual. Esta percepción alterada del gusto puede contribuir aún más a una disminución del apetito y dificultad para disfrutar de la comida durante la gripe.
4. Reducción del apetito y deshidratación: La gripe puede causar fatiga, dolores corporales y fiebre, todo lo cual puede afectar el apetito de una persona. Además, la deshidratación, que es común en la gripe, puede provocar sequedad de boca y reducción de la producción de saliva, lo que afecta la capacidad de saborear y disfrutar los alimentos.
Es importante tener en cuenta que el grado en que una persona experimenta pérdida del gusto o del olfato puede variar según la gravedad de la gripe y las diferencias individuales en cómo el virus afecta al cuerpo. En la mayoría de los casos, la pérdida del gusto y el olfato es temporal y vuelve a la normalidad una vez que la gripe ha desaparecido. Sin embargo, si tiene dudas o los síntomas persisten más allá del curso típico de la gripe, siempre es mejor consultar con un profesional de la salud.