¿Una persona con trastorno alimentario califica para recibir beneficios por incapacidad?

En los Estados Unidos:

En los Estados Unidos, los beneficios del Seguro de Incapacidad del Seguro Social (SSDI) pueden estar disponibles para personas con trastornos alimentarios que limitan gravemente su capacidad para trabajar durante al menos 12 meses. El solicitante deberá cumplir con los criterios médicos de discapacidad de la Administración del Seguro Social y demostrar mediante evidencia y documentación médica las formas en que el trastorno alimentario afecta las actividades diarias.

Generalmente, para calificar para SSDI, una persona debe haber trabajado el tiempo suficiente y recientemente para obtener suficientes créditos laborales. Si se aprueba, el monto de los beneficios por discapacidad que recibe una persona se calcula en función de su historial de ingresos.

El proceso de solicitud de SSDI puede ser complejo y obtener la aprobación puede ser un desafío, especialmente para condiciones que no se comprenden bien o no son muy visibles. Se recomienda buscar el asesoramiento de un abogado o defensor de discapacidad que esté familiarizado con las leyes y regulaciones del Seguro Social.

Algunos trastornos alimentarios que pueden considerarse para recibir beneficios por incapacidad incluyen:

1. Anorexia nerviosa:Implica una pérdida extrema de peso y patrones alimentarios restrictivos que conducen a deficiencias nutricionales importantes.

2. Bulimia nerviosa:se caracteriza por atracones y purgas que pueden provocar complicaciones médicas graves.

3. Trastorno por atracón:Implica episodios frecuentes de consumo de grandes cantidades de alimentos en poco tiempo, seguidos a menudo de sentimientos de angustia y vergüenza.

4. Otros trastornos alimentarios o alimentarios específicos (OSFED):cubre diversos trastornos alimentarios que no cumplen con los criterios de anorexia, bulimia o trastorno por atracón pero que aún causan malestar significativo y deterioro funcional.

Al solicitar SSDI con un trastorno alimentario, la evidencia médica que respalde el reclamo es crucial. Esto puede incluir:

- Tablas de peso y medidas que muestren una pérdida o aumento de peso significativo.

- Evaluaciones nutricionales y resultados de pruebas de laboratorio que indiquen deficiencias de nutrientes u otras complicaciones médicas.

- Evaluaciones psiquiátricas y planes de tratamiento.

- Documentación de limitaciones funcionales en las actividades diarias, como dificultad para socializar, trabajar o completar las tareas diarias.

Las personas que reciben con éxito beneficios de SSDI debido a un trastorno alimentario pueden encontrar acceso a atención médica y medios financieros para concentrarse en su recuperación y tratamiento. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el proceso de aprobación puede ser riguroso y llevar mucho tiempo.