Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) son causadas por agentes infecciosos, como bacterias, virus o parásitos, que se transmiten a través del contacto sexual. No se consideran condiciones genéticas. Si bien la genética puede desempeñar un papel en la susceptibilidad a ciertas ETS o en la gravedad de los síntomas, la causa principal de las ETS es la exposición al agente infeccioso a través de la actividad sexual.
Las medidas preventivas, como el uso constante y correcto del condón, evitar las relaciones sexuales sin protección y hacerse pruebas y recibir tratamiento para las ETS, pueden ayudar a reducir el riesgo de contraer o transmitir estas infecciones.