¿Cómo trataban la gota en el siglo XIX?

La gota es una forma de artritis inflamatoria causada por niveles elevados de ácido úrico en la sangre, lo que lleva a la formación de cristales que causan hinchazón, dolor e inflamación en las articulaciones, particularmente en el dedo gordo del pie. En el siglo XIX, la comprensión y los enfoques de tratamiento de la gota estuvieron influenciados por los conocimientos y prácticas médicos predominantes de la época.

Sangre y Purga :Durante este período, la sangría se practicaba comúnmente para eliminar las "impurezas" del cuerpo. En el caso de la gota, se creía que extraer un poco de sangre ayudaría a reducir la concentración de ácido úrico. Los pacientes pueden someterse a sangrías periódicas para aliviar los síntomas. Además, el uso de purgas o laxantes tiene como objetivo eliminar el ácido úrico a través de las deposiciones.

Cólquico :Colchicum, un extracto de planta, se usaba ampliamente para aliviar la gota. Por lo general, se administraba por vía oral o como tintura. Se sabe que Colchicum tiene propiedades antiinflamatorias y puede proporcionar un alivio temporal de los síntomas de la gota; sin embargo, también tiene una ventana terapéutica estrecha, lo que significa que las dosis tóxicas están cerca del rango efectivo, lo que requiere precaución en la dosificación.

Dietas Alcalinas y Aguas Minerales :Se creía que mantener un ambiente alcalino en el cuerpo podía disolver los cristales de ácido úrico. Los médicos suelen recomendar dietas ricas en alimentos alcalinos, como frutas y verduras, y el consumo de aguas minerales alcalinas o medicamentos para cambiar el pH de la orina.

Limitar la carne y el alcohol :Se pensaba que el consumo de ciertos alimentos, en particular carne y alcohol, contribuía a la gota. Por lo tanto, a menudo se recomendó limitar estos elementos para reducir la frecuencia y gravedad de los ataques de gota.

Ahuecamientos y ampollas :Estas prácticas implicaban crear ventosas en la piel o provocar ampollas intencionalmente para extraer el exceso de líquidos y "toxinas". A veces se empleaban para aliviar el dolor y la inflamación de la gota.

Inmovilización articular :En casos graves, la articulación afectada se puede inmovilizar con férulas o yesos para minimizar el movimiento y el dolor.

Intervención Quirúrgica :En situaciones extremas en las que la articulación resultó gravemente dañada, se podría considerar la amputación quirúrgica del dedo o la articulación afectada como último recurso.

Vale la pena mencionar que el conocimiento y las prácticas médicas han avanzado significativamente desde el siglo XIX, lo que ha llevado a enfoques de tratamiento más efectivos y seguros para la gota, como medicamentos, modificaciones en la dieta y cambios en el estilo de vida.