¿Qué se entiende por peste porcina?
La peste porcina se caracteriza por la aparición repentina de fiebre alta, letargo extremo y falta de apetito en los cerdos infectados. Otros síntomas pueden incluir tos, diarrea, vómitos, hemorragias y formación de úlceras en la piel. El virus puede transmitirse por contacto directo entre cerdos, por contacto con piensos, agua o superficies contaminadas y por la ingestión de productos porcinos de animales infectados.
La peste porcina es una enfermedad grave que puede tener efectos devastadores en la industria porcina. Los brotes pueden provocar importantes pérdidas económicas debido a la muerte de los cerdos y las restricciones al comercio impuestas por los países en un intento de controlar la propagación de la enfermedad.
Actualmente no existe cura ni vacuna para la peste porcina. La mejor manera de prevenir y controlar la enfermedad es mediante medidas de bioseguridad, como evitar el contacto entre cerdos y animales salvajes, utilizar prácticas sanitarias adecuadas y restringir el movimiento de cerdos y productos porcinos. En caso de un brote, los cerdos infectados deben ser sacrificados y sus cadáveres deben eliminarse de forma segura para evitar una mayor propagación del virus.