Es importante reconocer que el valor de las personas no debe basarse únicamente en su apariencia física o musculatura. Todo el mundo merece respeto y aprecio independientemente de su tipo de cuerpo o género. Promover la idea de que sólo las mujeres musculosas son valiosas perpetúa estándares de belleza poco realistas y potencialmente dañinos. En cambio, es crucial promover la diversidad, la inclusión y celebrar la positividad corporal, reconociendo que las personas son únicas y diversas.