¿Cuándo no utilizarías la vía aérea nasofaríngea cuando parece estar indicado?
1. Traumatismo nasal o facial conocido o sospechado:la inserción de un NPA en una persona con traumatismo nasal o facial puede causar más daño a los conductos nasales y las estructuras circundantes, lo que provoca complicaciones como sangrado y lesiones tisulares.
2. Congestión u obstrucción nasal grave:si una persona experimenta congestión nasal grave u obstrucción, como un tabique desviado o pólipos nasales, es posible que un NPA no sea eficaz para establecer unas vías respiratorias despejadas.
3. Reflejo nauseoso severo:algunas personas pueden tener un reflejo nauseoso particularmente fuerte, desencadenado por la presencia de NPA en la nasofaringe. Esto puede causar una incomodidad significativa y puede interferir con el mantenimiento de las vías respiratorias. En estos casos, pueden preferirse métodos alternativos, como una vía aérea orofaríngea o ventilación con bolsa-mascarilla.
4. Trastornos neurológicos que afectan la deglución:las personas con ciertas afecciones neurológicas que afectan la deglución, como un derrame cerebral o parálisis bulbar, pueden experimentar dificultades para tolerar la presencia de un NPA. Estas personas podrían tener un mayor riesgo de sufrir complicaciones de las vías respiratorias, incluidas aspiración y laringoespasmo.
5. Pacientes que no cooperan:algunos pacientes pueden no cooperar o ser combativos durante situaciones de emergencia, lo que dificulta la inserción segura de un NPA. Se debe considerar la seguridad tanto del paciente como del proveedor de atención médica antes de intentar insertar un NPA en tales circunstancias.
6. Ciertas anomalías anatómicas:en raras ocasiones, puede haber anomalías anatómicas o variaciones en los conductos nasales que puedan impedir la colocación exitosa de un NPA.
En cualquiera de estas situaciones, se deben considerar otras técnicas de manejo de las vías respiratorias según las necesidades y circunstancias específicas de cada paciente individual.