¿Qué pasa si los niños intolerantes a la lactosa comen lácteos?

Cuando los niños intolerantes a la lactosa consumen productos lácteos, experimentan diversos síntomas debido a la incapacidad de su cuerpo para digerir el azúcar (lactosa) de la leche y otros productos lácteos. Estos síntomas pueden incluir:

1. Dolor y calambres abdominales:la intolerancia a la lactosa provoca dificultad para digerir la lactosa, lo que puede provocar dolor y malestar abdominal. El dolor suele sentirse en la parte inferior del abdomen y puede ir acompañado de hinchazón.

2. Diarrea:la lactosa no digerida en los intestinos atrae agua hacia el colon, lo que provoca heces blandas y acuosas. La diarrea puede causar deshidratación si no se trata adecuadamente.

3. Gases e hinchazón:las bacterias del intestino grueso fermentan la lactosa no digerida y producen gases. Esta acumulación de gases puede provocar flatulencias e hinchazón excesivas.

4. Náuseas y vómitos:en algunos casos, la intolerancia a la lactosa puede provocar náuseas y vómitos debido a la reacción del cuerpo a la lactosa no digerida.

5. Ruidos y ruidos en el estómago:El proceso de fermentación causado por bacterias puede producir ruidos sordos y gorgoteos en el estómago.

6. Reflujo ácido y acidez estomacal:La intolerancia a la lactosa puede contribuir al reflujo ácido y la acidez estomacal debido al aumento de la producción de ácido estomacal.

7. Fatiga y debilidad:Los problemas digestivos prolongados y la mala absorción de nutrientes pueden provocar fatiga y debilidad general.

Si se sospecha intolerancia a la lactosa en un niño, es esencial consultar a un proveedor de atención médica para obtener un diagnóstico adecuado, orientación sobre modificaciones en la dieta y, si es necesario, recomendación de alternativas lácteas sin lactosa o con contenido reducido de lactosa.