Estimulación excesiva en niños

Los efectos de la estimulación excesiva en un niño pueden aparecer cuando él es un bebé y puede continuar durante toda la infancia. Un niño sobreestimulado puede luchar con las habilidades motoras, las habilidades del lenguaje y las habilidades sociales, que pueden contribuir a problemas de aprendizaje o de comportamiento en el camino.

Comenzando a salir

Un niño nace con un sistema nervioso inmaduro, dificultándole a ella procesar una gran cantidad de estímulos a la vez. Un recién nacido de menos de 3 meses de edad puede fácilmente sobreestimularse por los acontecimientos cotidianos, como luces brillantes o ruidos fuertes. Aunque algunos bebés pueden tolerar bien los nuevos estímulos, otros podrían fácilmente sobreestimularse, lo que dificulta que los padres los calmen, señala Rowena Bennett, RN, en el sitio web de Baby Care Advice.

Calm Down Time

Un niño que está excesivamente estimulado o demasiado cansado puede tener dificultades para dormir o quedarse dormido. Trate de alentar a su hijo a realizar una rutina para dormir poco estimulante que favorezca el sueño. Una habitación oscura y fresca con ruido mínimo y nivel de actividad es óptima para quedarse dormido. Siga la misma rutina cada noche, como bañar a su hijo y luego un cuento a la hora de dormir en una habitación oscura y tranquila para ayudarlo a relajarse y promover el sueño.

Efectos en las habilidades

Si bien puede estar ansioso para animar a su hijo a alcanzar los hitos básicos del desarrollo a una edad temprana, estimulando excesivamente o forzando la habilidad en él puede obstaculizar su progreso. A la inversa, la falta de estímulo también puede afectar la capacidad de su hijo para aprender nuevas habilidades como rodar, caminar, hablar o escribir. La clave para proporcionar la cantidad correcta de estímulo es saber en qué nuevas habilidades está trabajando su hijo y luego dirigir el juego para estimular estas habilidades en desarrollo, informa el Centro para una crianza eficaz.

ADHD y sobreestimulación

Un niño con trastorno de hiperactividad y déficit de atención, o TDAH, puede distraerse y distraerse fácilmente en un entorno sobreestimulante, como un aula grande o ruidosa. Un niño con TDAH tiene una incapacidad para controlar sus emociones y carece de la capacidad de pasar de una actividad mental a otra. Esto puede hacer que se sobre-estimule y actúe de maneras tales como golpear, hacer grandes líos o exhibir otras conductas distraídas, tontas o perturbadoras. Reducir la cantidad de estímulo que rodea a un niño con TDAH puede ayudar a disminuir la hiperactividad y el comportamiento impulsivo e inatento.