Un rectocele ocurre cuando el recto sobresale en la vagina. Una pared delgada de tejido, llamada fascia, separa el recto de la vagina. Cuando este tejido se debilita, esto suele suceder durante el embarazo y el parto, el recto podría sobresalir hacia la vagina. Un rectocele puede dificultar que una mujer tenga una evacuación intestinal. También puede causar una flojedad en la vagina que puede afectar negativamente las relaciones sexuales. Los ejercicios podrían ayudar a aliviar o corregir este problema.

Contraiga los músculos en el área de la ingle, como si estuviera tratando de detener la orina. Mantenga estos músculos contraídos durante unos 10 segundos. Luego relaja los músculos durante 10 segundos. Haga este ejercicio, llamado Kegel, de 10 a 15 veces al día para fortalecer los músculos vaginales.

Inserte un peso en forma de cono en la vagina y use los músculos para sostenerlo ahí. El cono vaginal, similar a un tampón, aumenta la fuerza de los músculos vaginales. Mantenga el cono vaginal en su lugar durante unos 10 minutos.

Acuéstese boca arriba con los pies extendidos. Deje una pierna en el suelo y levante la otra pierna del suelo. Si puede apuntar su pierna hacia arriba, colóquela en esa posición y bájela lentamente. Luego haz el mismo ejercicio con la otra pierna. Haga esto 10 veces con cada pierna para fortalecer sus músculos vaginales.

Consulte con su médico si siente que su recto está sobresaliendo de su vagina. Esto no suele ser una condición dolorosa, pero puede ser incómodo. Una pequeña protuberancia generalmente se puede tratar con ejercicio. Sin embargo, una protuberancia más grande puede requerir cirugía, señala la "Guía de una mujer para recuperar el control de la vejiga".