Efectos secundarios de las píldoras de cortisona
Las píldoras de cortisona (también conocidas como corticosteroides) son medicamentos recetados que se usan principalmente para tratar enfermedades causadas o exacerbadas por la inflamación. Estos potentes productos farmacéuticos inhiben el sistema inmunológico, pero también pueden causar efectos secundarios graves, después del uso a corto y largo plazo.
Efectos gastrointestinales
El uso a corto plazo de pastillas de cortisona puede provocar un malestar estomacal (indigestión y náuseas). Algunos pacientes también experimentan mayor apetito y aumento de peso.
Efectos del sistema nervioso
El uso de corticosteroides por vía oral también puede causar trastornos del sueño, ya que el medicamento puede interrumpir el ciclo normal de cortisol en el cuerpo. El cortisol es el corticosteroide producido naturalmente en el cuerpo y generalmente tiene sus niveles más bajos en la noche y sus niveles más altos en la mañana. Las píldoras de cortisona también pueden causar cambios de humor y dolores de cabeza.
Efectos metabólicos
La Clínica Mayo señala que el uso a largo plazo de los corticosteroides orales también puede causar cambios en el metabolismo del cuerpo. Esto puede llevar a un aumento del azúcar en la sangre (que puede agravar o llevar a la diabetes tipo 2). El uso de corticosteroides orales también puede llevar a niveles elevados de triglicéridos, que a su vez pueden provocar aterosclerosis y enfermedades cardiovasculares.
Redistribución de grasas
La New Zealand Dermatological Society explica que el uso a largo plazo de corticosteroides orales también Causa una redistribución característica de la grasa en todo el cuerpo. Los pacientes a menudo desarrollan más grasa en la cara (también conocida como "facies de la luna") y desarrollan grasa adicional en la espalda ("joroba de búfalo"). El uso de corticosteroides también hace que la grasa se acumule en el abdomen del paciente.
Osteoporosis
Las pastillas de cortisona también pueden causar osteoporosis, una condición donde los huesos se vuelven débiles y quebradizos. Los pacientes con osteoporosis son más propensos a desarrollar fracturas.
Efectos inmunológicos
La cortisona se prescribe comúnmente como un inmunosupresor. Esto puede hacer que el sistema inmunológico se vuelva anormalmente débil, lo que hace que un paciente sea más susceptible a las infecciones. Esto también puede llevar a que se vuelvan a activar los virus previamente latentes (como la varicela zoster, que es responsable de causar la culebrilla).