Cirugía de aneurisma cerebral y recuperación
Un aneurisma es un punto débil en un vaso sanguíneo donde la pared se expande progresivamente como un globo y puede romperse. Los aneurismas a menudo ocurren en el cerebro y el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares informa que aproximadamente 30,000 estadounidenses experimentan una aneurisma cerebral roto cada año. Debido a que la ruptura de un aneurisma puede causar sangrado potencialmente mortal y daño cerebral permanente, los neurocirujanos pueden recomendar la reparación preventiva de estos defectos en los vasos sanguíneos cuando se detectan. Recorte
La técnica más común para corregir un aneurisma es el recorte quirúrgico. Con este procedimiento, los cirujanos abren el cráneo, localizan el aneurisma y usan un pequeño clip para cortar el flujo de sangre al área abultada. Los pacientes se colocan bajo anestesia general para un procedimiento de recorte.
Recuperación del recorte
La recuperación del recorte quirúrgico implica una estadía prolongada en el hospital. En el mejor de los casos, los pacientes pueden ser hospitalizados durante seis días, pasando al menos el primer día en una unidad de cuidados intensivos. Sin embargo, no es raro que un paciente permanezca en el hospital bajo una estrecha vigilancia durante dos semanas o más. Los pacientes no son liberados hasta que un angiograma haya confirmado que el flujo de sangre al aneurisma está completamente bloqueado.
Incluso después del alta hospitalaria, los pacientes pueden enfrentar un período de recuperación en el hogar hasta seis semanas antes de que los médicos lo permitan. Regresar al trabajo y actividades normales. Durante este tiempo, pueden ocurrir fatiga, dolores de cabeza, pérdida de memoria y mareos, pero generalmente se resuelven con el tiempo. Los pacientes también experimentan los efectos secundarios habituales asociados con cualquier cirugía mayor, como náuseas, estreñimiento y dolor en el sitio de la incisión.
Endovascular Enrollamiento
Un procedimiento menos invasivo disponible en algunos casos es el endovascular. Con este procedimiento, los cirujanos insertan un tubo hueco y flexible llamado catéter en una vena grande en la ingle. El catéter se introduce a través del sistema vascular en el cerebro hasta el sitio del aneurisma. Las bobinas pequeñas y flexibles que llenan el aneurisma se colocan a través del catéter. Los coágulos de sangre se forman naturalmente alrededor de las bobinas, bloqueando el aneurisma.
Recuperación de enrollamiento endovascular
Debido a que enrollar no implica abrir el cráneo, generalmente implica un período de recuperación más corto que el recorte. Una estadía hospitalaria típica puede ser tan corta como dos días y el período de recuperación en el hogar puede ser de hasta siete días. Las complicaciones, como la rotura del aneurisma, pueden alargar el período de recuperación. Durante el período de recuperación, los pacientes pueden experimentar los mismos síntomas neurológicos que los pacientes después del recorte, incluida la pérdida temporal de la memoria, la fatiga y los dolores de cabeza.
Cirugía de Oclusión o Bypass
En casos raros, los médicos determinan que la arteria afectada está demasiado dañado para cortarlo o enrollarlo. En tales casos, pueden realizar una oclusión o un bypass. Con la cirugía de oclusión, los médicos interrumpen el flujo de sangre a la sección afectada de una arteria en lugar de simplemente cerrar el aneurisma. Con la cirugía de bypass, los médicos toman un vaso sanguíneo de otra parte del cuerpo y lo utilizan para desviar el flujo de sangre alrededor de la arteria con el aneurisma.
Oclusión o recuperación de bypass
La oclusión y el bypass son cirugías más invasivas que recorte o enrollado. La duración de la estadía en el hospital para estos procedimientos varía ampliamente, según los detalles de cada caso. El cerebro se maneja más en este procedimiento que en una operación de recorte o enrollamiento, lo que puede conducir a síntomas neurológicos posquirúrgicos significativos. Los pacientes normalmente son hospitalizados durante un mes o más después, seguidos de una larga convalecencia en el hogar.