¿Qué es el síndrome del intestino necrótico?

El síndrome del intestino necrótico, conocido médicamente como enterocolitis necrotizante, es una condición grave caracterizada por la muerte del tejido gastrointestinal. Se encuentra principalmente en bebés enfermos o bebés nacidos prematuramente. Es increíblemente grave y potencialmente mortal, y de acuerdo con Medline Plus, la mortalidad de las personas con la afección es de cerca del 25%. Afortunadamente, es una afección tratable.

Causas

La causa exacta del tejido La muerte es desconocida, aunque existen teorías. A veces, el intestino puede no recibir suficiente sangre, lo que a su vez conduce a una disminución en la producción de moco que sirve como capa protectora para el tracto gastrointestinal. Otra teoría sugiere que puede haber un exceso de bacterias dañinas en los intestinos, que pueden ingresar a los intestinos una vez que se han desgastado. El riesgo de desarrollar esta afección es mucho mayor si el bebé: 1) nace prematuramente; 2) se le da una fórmula que se concentra; y 3) recibió una transfusión de sangre en algún momento.

Síntomas

Según KidsHealth.org, los síntomas de la enterocolitis necrotizante son similares a los de otros trastornos gastrointestinales y pueden ser diferentes para cada bebé. Los signos y síntomas más comunes incluyen: la incapacidad de retener los alimentos; alimentos que permanecen en el estómago más tiempo de lo normal; Un abdomen hinchado y rojo que es sensible al tacto. vómito con un tinte verde y sangre en las heces; y movimientos intestinales excesivos o poco frecuentes acompañados de un aumento o falta de producción fecal. Los síntomas menos comunes que pueden ser más difíciles de detectar incluyen apnea del sueño, letargo, ritmo cardíaco lento y cambio en la temperatura corporal.

Tratamiento

El primer paso en el tratamiento es interrumpir todas las alimentaciones, seguido de Inserción de un tubo a través de la nariz hasta el estómago (nasogástrico) para drenar cualquier acumulación de líquido o aire que se encuentra en los intestinos y el estómago. Si hay una pérdida significativa de líquidos, el bebé puede recibir líquidos por vía intravenosa para reemplazarlos, mientras que cualquier signo de infección se tratará con antibióticos. A veces, el bebé puede necesitar oxígeno si la respiración está obstruida. Una vez que se haya establecido un régimen de tratamiento, el bebé necesitará un control regular para asegurarse de que la afección está sanando correctamente. En casos severos, puede ser necesaria una cirugía para extirpar las partes infectadas del intestino.

Pronóstico

Según KidsHealth.org, la alimentación se retiene hasta por diez días en la mayoría de los casos, aunque si el tratamiento es efectivo , el bebé puede potencialmente reanudar un horario de alimentación normal después de tres días. El tratamiento es más efectivo si se comienza lo antes posible. Una vez que se haya completado el tratamiento, preste mucha atención a la salud de su bebé para asegurarse de que la enfermedad no se repita. Al final, asumiendo que no hay complicaciones, se espera una recuperación completa; sin embargo, algunos casos pueden causar cicatrización del tracto intestinal y problemas con la absorción de nutrientes en el futuro.

Complicaciones

Si el tratamiento no comienza de inmediato, un empeoramiento de la afección podría provocar la muerte. Incluso con un tratamiento rápido, todavía existe la posibilidad de complicaciones graves, cuyo riesgo aumenta según la gravedad de la afección en general. Las posibles complicaciones incluyen un intestino perforado, que podría requerir corrección quirúrgica; sepsis, también conocida como una infección del torrente sanguíneo; y obstrucción o estrechamiento del intestino debido a una acumulación de tejido cicatricial.