Los efectos sociales, emocionales y psicológicos de los adultos con parálisis cerebral

La parálisis cerebral es un grupo de trastornos cerebrales que afectan la coordinación del movimiento corporal. Como resultado de las innovaciones médicas, muchas personas con parálisis cerebral viven hasta la edad adulta, pero caminar, comer, vestirse y realizar otras actividades cotidianas puede ser un desafío para estas personas. Estos desafíos pueden interferir con el bienestar social y causar angustia. Las dificultades con la cognición o la capacidad de pensamiento también pueden estar presentes entre las personas con parálisis cerebral.

Efectos sociales

Según un artículo publicado en diciembre de 2006 en la revista "Rehabilitación Clínica", los adultos jóvenes con parálisis cerebral son menos socialmente activos y tienen menos relaciones románticas que sus compañeros que no tienen la condición. Los impedimentos físicos de la parálisis cerebral pueden limitar la capacidad de participar en actividades con otros. Las relaciones pueden establecerse con personas que no realizan muchas actividades físicas, como se señaló en un estudio publicado en septiembre de 2008 en la revista "Journal of Physical Activity and Health". Las personas con parálisis cerebral han aumentado la autoestima y el sentido de pertenencia si sentirse aceptado y apoyado por otros.

Efectos emocionales

La angustia puede desarrollarse entre las personas que experimentan dificultades para adaptarse a la parálisis cerebral en la edad adulta. Algunas personas con parálisis cerebral pueden sentirse frustradas, enojadas o tristes como resultado de tener discapacidades físicas o cognitivas, especialmente si las discapacidades plantean dificultades para encontrar una persona importante o para vivir de forma independiente. Estos sentimientos parecen estar presentes con limitaciones físicas más severas. La mala autoestima y una autoimagen negativa pueden desarrollarse debido a la angustia relacionada con las discapacidades. La adaptación a la parálisis cerebral puede ayudar a mejorar el estado de ánimo y la calidad de vida percibida, según el estudio de septiembre de 2008 en el "Diario de la actividad física y la salud".

Efectos psicológicos y cognitivos.

Las personas con parálisis cerebral pueden tener problemas cognitivos inquietudes, según un estudio publicado en febrero de 2006 en "Discapacidad y Rehabilitación". Las discapacidades de aprendizaje pueden estar presentes, según el área del cerebro que se haya dañado. Alrededor de un tercio de los individuos con parálisis cerebral tienen deficiencias intelectuales leves, un tercio tiene discapacidades intelectuales de moderadas a graves y otro tercio tiene un funcionamiento intelectual normal. Puede haber retraso mental o deterioro mental considerable entre las personas con parálisis cerebral severa. Sin embargo, un número cada vez mayor de adultos con parálisis cerebral que tienen un deterioro cognitivo leve o nulo están mejorando su educación y están empleados, según un estudio publicado en la edición de junio de 2000 de "Archivos de Medicina Física y Rehabilitación". Avances en el tratamiento, instalaciones educativas y los servicios de apoyo están permitiendo que los adultos con parálisis cerebral amplíen sus estudios, trabajen y vivan de manera más independiente.