El zinc y la vitamina B son nutrientes esenciales que ayudan a su cuerpo a crecer, sanar y usar la energía de manera eficiente. El zinc mantiene la función inmune, ayuda en la curación de heridas y promueve la síntesis de ADN. Las vitaminas del complejo B regulan las enzimas y los procesos que convierten los alimentos en energía. Las dietas insuficientes en cualquiera de los nutrientes conducen a una disminución de la energía, el apetito y la función inmunológica debilitada, pero ciertos alimentos energéticos ayudan a garantizar una ingesta adecuada.

Los mariscos son la fuente animal más abundante de zinc y vitamina B. Una sola porción de 3 onzas de almejas u ostras le proporciona casi el 500 por ciento de la cantidad diaria recomendada de zinc y más del 1.000 por ciento de la dosis diaria recomendada de vitamina B-12. El pollo, el cerdo y la carne de res también son ricos en ambos nutrientes.

Los cereales para el desayuno a menudo están fortificados con micronutrientes, que ofrecen aproximadamente el 25 por ciento de la dosis diaria recomendada de zinc y al menos el 25 por ciento de la dosis diaria recomendada de vitaminas B-2, B-6 y B-12, dependiendo de la marca. Los garbanzos y otras legumbres también son fuentes de calidad.

Los productos lácteos como el yogur y la leche tienden a ser altos en vitaminas del complejo B y zinc. Los huevos, específicamente la yema, también contienen 10 por ciento de la dosis diaria recomendada de zinc y 10 por ciento de la dosis diaria recomendada de vitamina B-12.