¿La diabetes causa convulsiones?
La diabetes es una condición crónica en la cual la insulina, la hormona que modula el metabolismo del azúcar en el cuerpo, está completamente ausente o no es efectiva en su función. Los pacientes con diabetes generalmente presentan niveles anormalmente altos de glucosa o azúcar en el torrente sanguíneo. Con el tratamiento, los niveles de azúcar se normalizan, pero a veces pueden bajar demasiado. Tanto el nivel de azúcar en la sangre alto como el bajo pueden causar convulsiones en los pacientes diabéticos.
Las convulsiones hiperglucémicas
La hiperglucemia es la condición en la que el azúcar en la sangre se encuentra en niveles anormalmente altos. Un alto nivel de azúcar en la sangre conduce a una hiperexcitabilidad de las neuronas que forman el sistema nervioso central, incluido el cerebro. Las neuronas necesitan un nivel normal de glucosa, su principal fuente de energía, para funcionar correctamente. Con el desequilibrio sobreexcitado del cerebro, se pueden desencadenar ataques hiperglucémicos. En otras palabras, el exceso de azúcar hace que las neuronas trabajen demasiado, predisponiéndolas a "cortocircuito", lo que provoca una convulsión.
Convulsiones hipoglucémicas
Un nivel bajo de azúcar en la sangre también puede provocar convulsiones. Las convulsiones hipoglucemiantes son en realidad más comunes que las convulsiones hiperglucémicas. La razón parece estar relacionada con el hecho de que el cerebro depende completamente del azúcar del cuerpo para funcionar, ya que no produce su propia glucosa. Es difícil predecir a qué nivel de glucosa un paciente tendrá una convulsión, ya que los pacientes con altos niveles crónicos de glucosa pueden tener convulsiones en un nivel más alto que los que tienen azúcar en la sangre normal. El bajo nivel de azúcar en la sangre reduce la actividad de las neuronas en el cerebro. En ausencia de esta función regulada, las neuronas responden reduciendo la actividad en las sinapsis, los espacios microscópicos entre las neuronas que propagan las actividades del cerebro y preservan la función corporal. Esto, a su vez, conduce a una convulsión.
Otros desequilibrios electrolíticos
La diabetes mal controlada también puede provocar niveles pobremente controlados de otros electrolitos, que luego pueden desencadenar las convulsiones. Por ejemplo, el sodio sérico alto o la hipernatremia pueden causar convulsiones. Esto sucede porque el agua sigue al sodio alrededor del cuerpo. Si la sangre tiene demasiado sodio, el agua tratará de salir del cerebro, que generalmente conserva su cantidad de sodio por sus propios mecanismos de protección. El cerebro responde aumentando su concentración de sustancias similares al sodio para evitar que salga demasiada agua. Si la concentración de sodio en la sangre se corrige demasiado rápido, el cerebro no tendrá tiempo de volver a adaptarse al nuevo estado, y el agua lo inundará, lo que provocará una afección llamada edema cerebral, que puede provocar convulsiones.