Digestión De Almidón Y Azúcar

Cada célula del cuerpo funciona las 24 horas del día, todos los días. Sin embargo, necesitan un suministro constante de combustible para darles la energía para hacer sus trabajos especializados. El combustible que las células prefieren usar se llama glucosa, que es la forma más simple de carbohidratos. Tanto los almidones como los azúcares finalmente se convierten en glucosa, aunque el proceso digestivo es diferente para cada uno.

Los compuestos de almidón son grandes y complejos. Cuando mastica algo con alto contenido de almidón, como una papa o una rebanada de pan, las células de su boca excretan automáticamente la saliva, un jugo digestivo que contiene enzimas. El trabajo de la saliva es separar todos esos azúcares, de modo que usted ingiera moléculas de azúcar de carbohidratos más simples, en lugar de compuestos complejos de almidón. Una vez que los azúcares simples llegan a su estómago, las células especializadas secretan más sustancias digestivas que se combinan con todas las partículas de alimentos degradadas. Todo se mezcla en una sustancia parcialmente digerida llamada quimo, que se empuja al intestino delgado para una mayor digestión.

Digestion de azúcar

La saliva no descompone el azúcar de la forma en que descompone el almidón. En su lugar, esas moléculas de azúcar viajan hacia su estómago, se mezclan con la mezcla de quimo y se dirigen hacia su intestino delgado. Las enzimas digestivas en el intestino delgado convierten los azúcares, ya sean originalmente azúcares o se convirtieron en azúcares de almidón, directamente en glucosa. Después de este rápido paso de conversión, las moléculas de glucosa se absorben a través de las paredes intestinales, con la ayuda de diminutos "dedos" intestinales llamados vellosidades.

Absorción y almacenamiento de glucosa

Cuando la glucosa atraviesa sus intestinos, ingresa inmediatamente a su sangre. Esto hace que su cerebro envíe una señal a su páncreas para que libere insulina, un tipo de hormona. La insulina actúa como un guardián, abriendo las paredes celulares para que la glucosa pueda entrar. Las células pueden enganchar lo que necesitan para alimentarlas de inmediato o almacenar la glucosa para usarlas más adelante. La glucosa que entra en el modo de almacenamiento se convierte en un polisacárido, un tipo complejo de carbohidratos llamado glucógeno. Sus músculos e hígado almacenan glucógeno, que se puede convertir de nuevo en combustible de glucosa rápidamente, en caso de que no ingiera suficiente glucosa de su dieta. El papel de la fibra

Aunque el trabajo principal de la fibra es hacer que los alimentos se muevan a través de su intestino (nunca se convierte en glucosa), tiene un papel en el procesamiento de la glucosa. La fibra soluble, del tipo que se obtiene de la avena, los frijoles y las frutas, se convierte en un material grueso y lento que absorbe el agua. Este lodo retarda la digestión, lo que a su vez, retrasa la absorción de la glucosa. Permite que la glucosa se absorba poco a poco en su intestino delgado, en lugar de estar todos juntos. Si eres diabético, la fibra soluble debería facilitarte los niveles de glucosa en sangre más estables.