Cómo disciplinar a un niño por el mal lenguaje
Por mucho que quieras proteger a tu hijo, tu escudo solo puede llegar hasta aquí. Inevitablemente escuchará malas palabras, ya sea de sus amigos en la escuela, de ver la televisión o simplemente de acompañarle en un recado de la oficina postal. También casi inevitablemente probará algunas palabras vulgares en su propio idioma. La forma en que decida disciplinarlo por usar un mal lenguaje depende principalmente de su edad y de sus valores personales.
Evite la conmoción o la risa. Su shock inicial al escuchar a su hijo usar una palabra vulgar o "lenguaje del baño" puede incluso convertirse en diversión. La revista en línea de los padres anima a los padres de niños más pequeños a controlar sus respuestas; una respuesta fuerte como la risa o la ira puede hacer que su hijo continúe ese lenguaje para evocar una respuesta atenta similar en el futuro. De hecho, si ignora el lenguaje, su hijo pequeño puede darse cuenta de que no es una herramienta eficaz para captar la atención, y puede dejar de usarlo por completo.
Establezca expectativas claras de el principio. Tan pronto como su hijo comience a demostrar que conoce la diferencia entre palabras neutrales y "malas", discuta con ella qué lenguaje no se tolerará. Puede clasificar las palabras según el nivel de tolerancia: las que no le gustan pero que se "deslizarán" (por ejemplo, "tonto") y las que nunca estarán bien, como las palabras racistas y sexistas, o simplemente puede darle a su hijo un Lista de palabras que son totalmente inaceptables. Pídale que mencione todas las palabras malas que pueda pensar y codifíquelas con la primera letra, como la palabra "F" y la palabra "S". Agregue algunos de los suyos si cree que ella sabe más y que su lista no es lo suficientemente larga. También forme un equipo para encontrar alternativas de palabras malditas como "disparar" y "fudge", o improperios tontos como "boohockey!"
Siga cada vez con un castigo. Adviértale a su hijo las consecuencias de malas palabras antes de que intente usar otra, y aplique esas consecuencias cada vez que escuche malas palabras. Algunos padres se vuelven creativos con técnicas, como enviar a sus hijos al baño cada vez que usan las palabras "potty", pero un niño mayor puede responder mejor a los privilegios perdidos, como un cuarto de la asignación por cada ofensa.
Elogie a su hijo por usar un lenguaje sano. Es más probable que ella quiera usar palabras más constructivas si la elogias cuando las usa. Por ejemplo, puede decir: "Me encanta que haya utilizado su gran vocabulario para expresar su ira en lugar de optar por maldecir".
Practique lo que predica. Su hijo puede haber escuchado malas palabras provenientes de su propia casa. No espere que sus hijos usen buenas palabras si usted y su pareja tienen problemas para contener sus propias blasfemias. Pida disculpas si accidentalmente deja escapar una mala palabra, para que su hijo no comience a asumir que la maldición es "mayor de edad".