Entrenamiento de fuerza para personas con enfermedad de Parkinson
La enfermedad de Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa caracterizada por la pérdida de dopamina en el cerebro, que produce cambios motores, del estado de ánimo y cognitivos. La enfermedad de Parkinson generalmente se trata con medicamentos. Añadir entrenamiento de fuerza al plan de tratamiento puede mejorar las mejoras en el funcionamiento.
Pérdida del control motor en la enfermedad de Parkinson.
Los pacientes con enfermedad de Parkinson experimentan interrupciones en el movimiento, el equilibrio y el control motor. Los síntomas comunes son rigidez, temblores y bradicinesia, definidos como lentitud en los movimientos iniciales. Los pacientes pueden tener problemas para caminar y andar de forma lenta y inestable.
Mejorar la bradicinesia y el movimiento.
La falta de fuerza es uno de los motivos por los que las personas con Parkinson son más lentas para iniciar los movimientos. Un estudio realizado por Dibble y sus colegas en 2006 mostró que los pacientes con enfermedad de Parkinson que realizaban contracciones del cuádriceps de alta fuerza tres veces a la semana durante 12 semanas tenían mayor volumen muscular y fuerza, y eran más capaces de subir escaleras y moverse que un grupo que siguió a la rutina de ejercicios estándar para el Parkinson.
Mejorar el equilibrio
Agregar entrenamiento de fuerza a la enfermedad de Parkinson mejora el equilibrio de los pacientes más que el entrenamiento de equilibrio solo, informa Hirsch y sus colegas en un estudio de 2003. Los pacientes que realizaron entrenamiento de resistencia dirigidos a los extensores y flexores de rodilla y la flexión del tobillo, así como el entrenamiento de equilibrio de rutina, pudieron mantener el equilibrio durante más tiempo sin caerse que los pacientes que solo realizaron el entrenamiento de equilibrio. La fuerza también aumentó en el grupo que realizó entrenamiento de resistencia.
Mejorar la marcha
La bradicinesia a menudo da como resultado un modo de andar característico asociado a la enfermedad de Parkinson. Los pacientes con entrenamiento de fuerza dos veces por semana durante ocho semanas dieron pasos más largos, caminaron más rápido y se mantuvieron más erguidos que antes de recibir el entrenamiento. Los ejercicios en este estudio de Scandalis y sus colegas se enfocaron en mejorar la fuerza en las extremidades inferiores.
Recomendaciones de ejercicio
Los pacientes con enfermedad de Parkinson que desean comenzar un régimen de ejercicio deben consultar primero con sus médicos. El Colegio Americano de Medicina Deportiva recomienda el entrenamiento de fuerza dos a tres veces por semana por grupo muscular. Cada sesión debe constar de ocho a 10 repeticiones, y a los pacientes de Parkinson les puede resultar más fácil realizarlas utilizando máquinas de entrenamiento de fuerza. El entrenamiento de fuerza puede combinarse con una actividad aeróbica moderada, como nadar o caminar, y estirarse para mejorar la flexibilidad.