¿Debo comer mi placenta?
- Reponer las reservas de hierro y prevenir la anemia posparto.
- Aumentar los niveles de energía.
- Reducir el riesgo de depresión posparto.
- Estimular la producción de leche.
Sin embargo, también existen riesgos potenciales asociados con el consumo de placenta, que incluyen:
- Contaminación con bacterias u otras sustancias nocivas
- Niveles elevados de determinadas hormonas que podrían tener efectos negativos en la salud de la madre.
- Riesgo de transmitir virus o infecciones
En última instancia, la decisión de consumir o no la placenta es personal y debe tomarse en consulta con un profesional de la salud, teniendo en cuenta las necesidades y riesgos de salud individuales.