¿Cómo la glomerulonefritis causa insuficiencia renal?

La glomerulonefritis puede causar insuficiencia renal mediante varios mecanismos:

1. Daño directo a los glomérulos: La glomerulonefritis afecta principalmente a los glomérulos, las unidades de filtrado de los riñones. La inflamación y el daño a los glomérulos pueden afectar su capacidad para filtrar eficazmente los productos de desecho y los líquidos, lo que provoca una acumulación de toxinas y retención de líquidos.

2. Cicatrices y obliteración de los glomérulos: La glomerulonefritis crónica puede provocar cicatrices y destrucción progresiva de los glomérulos, lo que lleva a su obliteración. Esta pérdida de unidades glomerulares funcionales reduce aún más la capacidad de filtración del riñón y contribuye a la insuficiencia renal.

3. Reducción del flujo sanguíneo a las nefronas: La glomerulonefritis puede causar inflamación y estrechamiento de los pequeños vasos sanguíneos (arteriolas aferentes) que suministran sangre a las nefronas, las unidades funcionales de los riñones. Esta disminución del flujo sanguíneo compromete el suministro de oxígeno y nutrientes a las nefronas, perjudicando su función y contribuyendo a la insuficiencia renal.

4. Daño tubulointersticial: La glomerulonefritis grave o prolongada puede extenderse más allá de los glomérulos y afectar los túbulos adyacentes y el tejido intersticial de los riñones. Este daño puede alterar aún más los procesos de filtración y reabsorción, provocando disfunción tubular y contribuyendo a la insuficiencia renal.

5. Activación de las vías intrarrenales: La glomerulonefritis puede desencadenar la activación de diversas vías intrarrenales, como el sistema renina-angiotensina-aldosterona y el sistema del complemento. Estas vías, cuando se sobreactivan, pueden perpetuar la inflamación, la fibrosis y un mayor daño a los riñones, contribuyendo en última instancia a la insuficiencia renal.

6. Efectos sistémicos: En algunos casos, la glomerulonefritis grave puede provocar complicaciones sistémicas que contribuyen indirectamente a la insuficiencia renal. Por ejemplo, la hipertensión no controlada asociada con la glomerulonefritis puede forzar los riñones y acelerar su deterioro.

En general, la glomerulonefritis altera el delicado equilibrio de la homeostasis de líquidos, electrolitos y productos de desecho dentro de los riñones, lo que provoca una disminución de la función renal y potencialmente culmina en insuficiencia renal si no se trata o se maneja de manera inadecuada.