¿Es la intolerancia a la lactosa una adaptación al factor ambiental?

No, la intolerancia a la lactosa generalmente no se considera una adaptación a factores ambientales. Se describe más exactamente como una condición fisiológica natural que resulta de una disminución o ausencia de la enzima lactasa en el intestino delgado. La lactasa es responsable de descomponer la lactosa, el principal azúcar que se encuentra en la leche y los productos lácteos, en sus azúcares componentes, glucosa y galactosa, que luego pueden absorberse en el torrente sanguíneo.

Cuando las personas con intolerancia a la lactosa consumen alimentos que contienen lactosa, la lactosa no digerida pasa al intestino grueso, donde las bacterias la fermentan y producen síntomas como dolor abdominal, hinchazón, gases y diarrea.

La prevalencia de la intolerancia a la lactosa varía entre diferentes poblaciones y grupos étnicos. Es más común en determinadas regiones del mundo, como África, Asia y partes del sur de Europa, donde existe una menor dependencia histórica de la producción y el consumo de leche. En estas regiones, la producción de lactasa puede haber disminuido gradualmente con el tiempo a medida que las poblaciones se adaptaron a dietas basadas principalmente en otras fuentes de alimentos. Sin embargo, los factores genéticos, más que los ambientales, son los principales responsables del desarrollo de la intolerancia a la lactosa.