Las fibras musculares de contracción lenta, también conocidas como fibras musculares de tipo I, tienen la capacidad de estirarse o mantener la tensión durante períodos prolongados de tiempo. Las fibras musculares de contracción lenta se encuentran en los músculos responsables de las actividades de resistencia, como correr largas distancias o nadar. Estas fibras musculares se caracterizan por su capacidad de generar fuerza lentamente pero mantenerla durante un período prolongado. Contienen una mayor concentración de mitocondrias, que son los orgánulos responsables de la producción de energía en las células, lo que les permite utilizar el oxígeno de manera eficiente y mantener una actividad prolongada. Las fibras musculares de contracción lenta también tienen una mayor densidad capilar, lo que garantiza un suministro adecuado de oxígeno y nutrientes para satisfacer sus demandas de energía durante las actividades de resistencia.