Morirse de hambre nunca es la mejor manera de perder peso. Puede ser peligroso y provocar problemas de salud. Si desea perder peso, es importante hacerlo de forma segura y gradual, llevando una dieta saludable y haciendo ejercicio con regularidad. Las dietas estrictas y el hambre pueden provocar deficiencias nutricionales, deshidratación y otros problemas de salud.