El estrés por sí solo no puede provocar que una mujer embarazada pierda a su bebé. Sin embargo, el estrés excesivo y prolongado puede afectar la salud tanto de la madre como del bebé. Algunos estudios sugieren que el estrés crónico durante el embarazo puede estar asociado con un mayor riesgo de ciertas complicaciones, como parto prematuro, bajo peso al nacer y problemas con el desarrollo fetal. Además, el estrés severo puede afectar la capacidad de la mujer para cuidarse a sí misma, acceder a la atención prenatal y tomar decisiones saludables, lo que puede afectar indirectamente el resultado del embarazo. Es importante que las mujeres embarazadas encuentren formas de controlar y reducir el estrés y buscar apoyo según sea necesario para promover un embarazo saludable. Recuerde consultar con un profesional médico calificado para obtener asesoramiento médico específico relacionado con su situación individual.