Síntomas de lesión de la médula espinal posterior

La médula espinal transporta comandos motores e información sensorial entre el cerebro y la periferia. El daño a la médula espinal posterior, ya sea debido a una enfermedad, tumor o lesión, puede tener consecuencias devastadoras debido a que estas conexiones se interrumpen. La lesión de la médula espinal posterior produce la condición llamada síndrome de la médula posterior. El síndrome se caracteriza por síntomas particulares, cuyas características distintivas son diferencias en la extensión de las discapacidades sensoriales y motoras por debajo del nivel de la lesión.

Pérdida sensorial

La médula espinal posterior contiene principalmente información sensorial del Periferia al cerebro. Esta es una información crítica para el cerebro e incluye sensaciones sobre la posición del cuerpo y las extremidades, además del sentido de vibración y la capacidad de discriminar con precisión las sensaciones táctiles. La destrucción de las neuronas en la médula espinal posterior produce la pérdida de estas sensaciones por debajo del nivel de participación. La destrucción de la neurona puede ir acompañada de otras sensaciones extrañas en la piel, así como de dolor intenso o punzante, picazón y una sensación similar a la de los insectos que se arrastran en la piel. Sin embargo, el dolor y la sensación de temperatura se conservan debajo del área afectada.

Preservación de la función motora

La lesión de la médula espinal posterior generalmente no produce déficits motores de la gravedad producida en otras áreas de la médula espinal. Esto se debe a que la médula espinal posterior lleva principalmente información sensorial al cerebro. Por lo tanto, la función motora se conserva debajo del área de participación, incluso en presencia de profundos déficits sensoriales.

Signo de L’Hermitte

Cuando las columnas posteriores están dañadas, los pacientes a menudo muestran el signo de L’Hermitte. "fenómeno de la silla de peluquero". Se caracteriza por la sensación de descargas eléctricas en la espalda y en las extremidades. Ocurre cuando se dobla la cabeza hacia adelante o hacia atrás: las fibras nerviosas comprometidas se irritan al estirar el cuello. El signo de L’Hermitte usualmente ocurre con lesiones en la médula espinal cervical, como las que surgirían de la compresión, la esclerosis múltiple y la degeneración del disco.