Los efectos de la inmovilidad en el sistema cardiovascular
Permanecer inmóvil durante largos períodos de tiempo puede tener efectos drásticos en su salud. De hecho, tres semanas de reposo completo en cama resultan en un declive cardiovascular similar al de 40 años de envejecimiento, informa un estudio de 2009 en el Journal of Gerontology, Medical Science. La inmovilización conduce a cambios estructurales en el sistema cardiovascular que afectan negativamente su funcionalidad. El síntoma más pronunciado de estos cambios es la tendencia a desmayarse al pasar de estar acostado a estar de pie, lo que se conoce como intolerancia ortostática. Cambios estructurales
Los músculos que no están constantemente estresados comienzan a reducirse y pierden fuerza. Un informe de 2008 en el New England Journal of Medicine cita una disminución del 15 por ciento en la masa muscular cardíaca después de 12 semanas de reposo en cama, y una disminución del 25 por ciento en la masa en pacientes inmovilizados permanentemente debido a lesiones de la médula espinal. La pérdida de masa cardíaca disminuye la fuerza de contracción. Cuando un paciente de reposo en cama intenta recuperar la movilidad, el corazón no puede contraerse con la fuerza suficiente para combatir el tirón de la gravedad. Esto limita la cantidad de sangre rica en oxígeno que llega al cerebro y disminuye la cantidad de sangre que regresa al corazón desde la parte inferior del cuerpo. Ambas condiciones finalmente resultan en una intolerancia ortostática al pasar de estar acostado a estar de pie.
Cambios funcionales
El volumen del derrame cerebral es la cantidad de sangre expulsada del corazón cada latido y depende de la cantidad de sangre que se llena. Los ventrículos antes de cada contracción. Cuanto más fuerte es una contracción cardíaca, más rápido vuelve el músculo a su posición de reposo normal. Esta recuperación actúa como una succión para extraer más sangre hacia los ventrículos para la siguiente ronda de contracciones. Un informe de 2008 en el Journal of Applied Physiology indica que las maladaptaciones cardíacas en el reposo prolongado en cama evitan que se produzca la succión y limitan la capacidad del corazón para suministrar la sangre adecuada durante el siguiente latido. La reducción de la masa muscular cardíaca y la fuerza contráctil alterada contribuyen a un ciclo continuo de flujo sanguíneo inadecuado cuando una persona pasa de estar acostado a de pie.
Cambios de presión
Los sensores de presión del cuerpo se encuentran en la carótida Arterias que conducen al cerebro y en la sección de la aorta que se adhiere directamente al corazón. El propósito de estos sensores es regular la presión arterial en todo el cuerpo haciendo que los vasos sanguíneos se expandan o se contraigan. Normalmente, pasar de estar acostado a estar de pie provoca una rápida constricción de los vasos sanguíneos en la parte inferior del cuerpo que obliga a la sangre a regresar al corazón. En el texto "Control cardiovascular humano", el Dr. Loring Rowell explica que el reposo prolongado en la cama cambia la sensibilidad del cuerpo y los sensores de presión'. Este cambio significa que debe producirse una mayor caída de la presión arterial antes de que el cuerpo contraiga los vasos. El reajuste de la sensibilidad de los sensores de presión predispone a un paciente de reposo en cama a la intolerancia ortostática una vez que se recupera la movilidad.