Dieta y ejercicio que causan un sabor salado en la boca
Por lo general, un sabor salado persiste después de que usted haya derribado una bolsa de papas fritas o haya lamido el borde de un vaso de margarita; no ocurre a menudo espontáneamente. La comida y la bebida llenan su boca, nariz y garganta con pequeñas moléculas que hacen que las células nerviosas experimenten el sabor. Ocasionalmente, un sabor salado en su boca puede surgir después de haber aumentado su rutina de ejercicios y ser más diligente en restringir lo que come. A veces, el origen del sabor es benigno, pero otras puede ser motivo de preocupación.
Deshidratación
Si está deshidratado crónicamente, puede experimentar un sabor salado persistente en la boca. El ejercicio en particular puede exacerbar la deshidratación, especialmente si su entrenamiento hace que suda mucho o se realiza en condiciones de calor. Tomar una gran cantidad de cafeína para tratar de controlar su apetito o mejorar el rendimiento del ejercicio también puede hacerlo más deshidratado y producir saliva de sabor más salado.
Gotas nasales o de sudor
Restringir significativamente su dieta y hacer ejercicio excesivamente Puede llevar a un sistema inmunológico disminuido. Usted es más susceptible a los resfriados y las infecciones sinusales, que aumentan la cantidad de goteo posnasal. El sabor salado puede ser simplemente una gran cantidad de moco que se drena por la parte posterior de la garganta debido a una infección inminente o existente, según un artículo publicado en Inmunología y biología celular. Algunas personas sudan más o son suéteres más salados. que otros. Si experimenta el sabor salado en su boca principalmente durante el ejercicio, podría ser simplemente el efecto de la sal que se introduce en su boca. Una banda o gorra para el sudor puede ayudar a minimizar las gotas de sudor.
Condiciones graves
En casos extremadamente raros, un sabor salado en la boca se debe a una condición grave no relacionada con el cambio de ejercicio y los hábitos alimenticios. Algunos medicamentos, en particular los de quimioterapia y antitiroideos, pueden alterar las sensaciones del gusto. Las enfermedades que afectan las glándulas salivales, como el síndrome de Sjogren, en el que experimenta sequedad en la boca y la piel, pueden hacer que su boca parezca más salada. El sabor salado también puede deberse a un trastorno de los sistemas endocrino o neurológico. Las migrañas, la epilepsia y la enfermedad de Parkinson tienen la capacidad de afectar las sensaciones del gusto. Si le preocupa el sabor salado y persiste todo el día, consulte a su médico para conocer las posibles causas.
Deficiencias nutricionales
Las deficiencias nutricionales también pueden alterar sus papilas gustativas y dejar un sabor salado en la boca. Una dieta altamente restrictiva podría hacer que te falten algunos nutrientes críticos, como el ácido fólico, la tiamina, la vitamina B-12 y el zinc. Encuentre ácido fólico o ácido fólico en legumbres y vegetales de hojas verdes, como la espinaca; B-12 está presente en alimentos de origen animal, como pollo, huevos y leche; La tiamina es abundante en panes enriquecidos y granos enteros; y el zinc está disponible en alimentos fortificados, así como en ostras, carne de res y cangrejo. Su médico puede realizar una prueba para ver si tiene deficiencia de alguno de estos nutrientes, lo que puede afectar la forma en que su cuerpo percibe el sabor. Sin embargo, una deficiencia a menudo produce una falta de sensación de sabor, en lugar de un sabor salado.